jueves, 11 de agosto de 2016

Alma y la isla

"Llegó de la mano de mi padre. Era muy negra. Solo se le veían los ojos blancos y asustados y los bucles cayéndole por las mejillas. Para llegar hasta aquí había hecho un viaje muy largo. Yo lo sabía. Pero a mí solo me parecía un demonio".


Hace unos días que terminé de leer este libro. Y digo terminé porque lo he leído personalmente, pero no lo he compartido con mi hijo todavía. No puedo negar que al acabar la última página me invadió una pena infinita pensando en el final. No puedo negar que ese sentimiento está motivado por lo que imaginé sería la vida posterior de Alma. Pero, como digo, imaginé. El argumento de la historia es otro y os cuento un poquito a continuación. Antes deciros que se recomienda su lectura a partir de los diez años.


El padre de Otto, que es pescador, llega a casa acompañado de un niña negra a la que ha salvado de morir ahogada en el mar. Nadie sabía su nombre, pero el padre de Otto dijo que se llamaba Alma. Otto, el pequeño de la familia, un niño de diez años, no entiende ni su idioma y ni el porqué debe dejar su habitación para que la ocupe esa niña a la que en un principio rechazará.

Otto y su familia viven en una isla en la que desde hace unos años han contemplado y sufrido el drama de la inmigración. Cuando Otto tenía cuatro años vio por primera vez un cuerpo negro que flotaba boca abajo. Era un ahogado. Tras él y unos días, llegó el primer barco. Y así, comenzó todo. "El mar dejó de ser azul". 

Durante los días que Alma vive con la familia de Otto, antes de ser enviada a una casa de acogida y conocer a una nueva familia, Otto se enfrenta a sentimientos encontrados. Tiene celos de ella pero, al mismo tiempo, siente la crudeza de su historia. Aprende a confiar en ella, pero en ocasiones la aparta ... Y mientras esto sucede, surge entre ambos una amistad que va más allá de sus diferencias culturales, más allá de las palabras y más allá del tiempo compartido. Esa niña negra de ojos impenetrables dejará de ser para Otto un demonio y se convertirá en una hermana. Será la presencia del amuleto mágico de Suleman la que permitirá a Otto conocer el origen de Almaz Sebhat, el verdadero nombre de la niña venida de Etiopía. A través de él, Otto sentirá lo mal que lo pasó la pequeña hasta llegar a la isla. Sintió la desesperanza de aquellas personas que se lanzan al mar y aprendió que la realidad no es siempre la que nosotros deseamos. 



Esta dura historia está escrita con sensibilidad y elegancia. Su lectura no deja impasible ante el drama de la inmigración y, aunque su estructura es sencilla, el lenguaje y las metáforas que la forman aportan gran intensidad a la narración. Y sí, el final me ha entristecido pensando en el futuro de Alma y de todos los que son Alma a pesar de la esperanza.

Alma y la isla ha recibido el XIII Premio Anaya de Literatura Infantil y Juvenil, 2016

Podemos disfrutar de este libro, escrito por Mónica Rodríguez e ilustrado hermosamente por Ester García, gracias a la Editorial Anaya.

Seguiremos en Mis Cuentos Cuentan.


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